Puedes leer la primera parte aquí: https://carolinatasayco.blogspot.com/2011/09/antes-que-la-tristeza-me-gane.html
Un cúmulo de sonidos retumba nuestros oídos al caminar de la mano corriendo por las calles. No tengo idea cómo hemos llegado a este momento, pero acá estamos, sonriendo y corriendo por las calles de Barranco. Por un momento las calles no sé ven grisáceas cómo son en realidad . Emergen luces de las paredes, la pista, la vereda, la gente que pasa junto nuestro.
Él no me dice nada, es más, no me ha dicho nada desde que salimos del Dragón y yo no le digo nada tampoco, porque temo romper la magia del momento. Entonces nos adentramos en la oscuridad que ahora vemos llena de luces y nos miramos unos instantes.
- ¿Donde esta tu carro? - le pregunto
- No puedo manejar así. Siento que me voy a morir - dice riendo.
- Yo manejo - le dijo, sin saber exactamente por que, dado que no tengo brevete ni se manejar bien
El rebusca el bolsillo de su pantalón grueso (porque es friolento) y me da las llaves de su auto. No tienen llavero.
- Esta en la esquina - dice señalando a un auto azul, pequeño, gracioso.
Nos acercamos con las manos enlazadas. Él se ríe de tanto en tanto y yo también, aunque no sé porque se ríe él. Cuando llegamos al auto, el tropieza con una piedra y cae de cruces sobre el auto. Yo no lo sostengo. El se ríe otra vez y siento que empiezo a cobrar la conciencia, pero no del todo. Sube, le digo quitando el seguro al auto y él obedece.
- ¿Donde vives?
- Jesús María, pero vamos a Miraflores
- ¿A que parte?
- Alcanfores, al departamento de mi novia
- Ok, te dejo ahi entonces
- No, no me dejes, quedate conmigo - dice mientras coge con ambas manos mis muñecas y me besa. Es un beso fuerte, intenso, cargado de cerveza
- No - le digo separándome - te dejo y ya
- Vamos, va a ser divertido coger en la cama de esa huevona
- Estás loco - digo encendiendo el auto
- Si quieres vamos a Chorrillos y cogemos en la cama de tu novio ¿que dices?
- No es mala idea, pero posibemente saque un arma y nos mate
- Eso me temí.
Encendí el motor con las llaves y lo miré.
- Ok, entonces ahí será
El se me acercó y me beso, fue un beso dulce, muy dulce. Yo no aguante y le toque el pito. Él sonrió, me miró y dijo
- También podríamos hacerlo en el auto
- Tenemos que.
Nunca antes había cogido en un auto. Lo recomiendo, es una maravilla.
domingo, 9 de junio de 2019
Antes que la tristeza me gane II
Te lo conto
Emily Lee
a las
11:43
No olvides que hablamos de
Antes que la tristeza me gane,
Antiheroínas,
Cuento,
Penny
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