martes, 27 de agosto de 2013

Carta a mi demonio perfecto #1


Estoy intentando escribirte, pero mis miedos me hacen escribir de personajes que se parecen un poquito a ti y así formo muchas personas con detalles tuyos, según yo para que no te des cuenta. Pero después te veo y te lo digo, y estoy borracha y no me acuerdo de nada.  Y quiero acordarme de todo cuando estoy contigo, porque uno no llora en vano, y tú dices que lloré, pero aun no entiendo porque. Perdí la conciencia, estuve en estado catatónico, me desmayé y cuando abrí los ojos vi un poste lleno de caritas felices, tu rostro, tus hermosos ojos, tus labios – mis labios – y en ese momento creo que estoy soñando y camino sin rumbo, porque creo que es un sueño, y quizás si lo es, porque tú estabas ahí, tan presente, tan real.

Sigo intentando escribirte, pero no puedo. Mejor escribo estos textos que a favor de mi salud emocional, mental y todo lo demás, jamás leerás. Entonces me siento en mi escritorio y los versos de Benedetti vuelven a mi mente “Pero en definitiva ¿Qué es lo nuestro?” Y creo verte a mi lado leyéndolo, emocionándote, sonriendo y digo bien, estaba tomado, sin trago me diría algo terrible y yo me odiaría un poquito, pero también lo odiaría a él. Entonces a pesar de eso, de todo, de tus inseguridades, de mis miedos, de nuestra forma tan rara de ser, de tratar, de nuestro salvajismo verbal, ambos nos damos cuenta en ese instante perfecto, que ambos nos extrañamos.

Al fin decido mejor no escribirte, y dejo volar mi imaginación y pienso que mejor así, que todo se quede en mi nube, en ese “mundo para Julius” que ha salvado mi vida y la hace menos tediosa, menos aburrida. Entonces te veo en mi mente – y también en el rostro de la gente -  y sonrío. Soy una estúpida, me digo y me repito hasta el cansancio intentando no sonreír, pero no puedo, sonrío tanto que lloro y no puedo creerlo. Estoy sentada en mi escritorio llorando de felicidad, olvidándote por unos instantes del abismo, de tus miedos, y mis inseguridades, de todo. Lloro de felicidad y no me arrepiento. Me siento feliz, consciente y presente. Me siento mejor que nunca, porque tú mi perfecto hombre, me piensas, me sientes, me tienes, y cuando estamos juntos, somos infinitos.

- carolinatasayco, 2013

sábado, 24 de agosto de 2013

Viceversa de Mario Benedetti

“Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodida
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.”

                                                                                                      — Mario Benedetti
 

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