martes, 17 de abril de 2012

Gard y el metropolitano


Había quedado con Gard en almorzar esa tarde. Él me recogió a las 2 en punto de mis clases de Gimnasia rítmica, tan puntual como siempre. Caminamos hasta el centro de Miraflores, tomamos té burbuja tomados de la mano, conversando y  riendo. Seguimos andando hasta Larcomar donde comimos bien rico. Luego de dar una vuelta por ahí, le dije que tenía que ir a mi casa a dejar mis cosas y cambiarme, por que en la noche nos habían invitado a la exposición de trabajos del instituto de una amiga mía. Gard que estaba de muy buen humor me dijo, que pediría un taxi para que nos lleve lo más pronto para así tener más tiempo juntos antes de la salida de la noche. Pero a mí esa tarde se me ocurrió que mejor íbamos en el metropolitano, por que iba más rápido. Gard más emocionado que nunca accedió, por que la primera vez que subimos juntos, el bus milagrosamente iba casi vacío y nos la pasamos balanceándonos en los pasa manos. Así que caminamos hasta la vía expresa y pasamos la tarjeta para bajar al paradero del metropolitano.
Todos los buses esta vez, estaban llenos. La mayoría repletos, a pesar de la hora. La cara de alegría de Gard poco a poco se convertía en la de siempre, la del higadito busca pleitos, a punto de tirarle una bomba al bus por que iba repleto y él no podía respirar bien, por que todos apestaban, todos los empujaba, todos lo miraban. Así que le sugerí que mejor salgamos de ahí y tomemos el taxi, pero el me dijo que ya habíamos pagado, y no pensaba de ninguna manera regalarle ni un sol a la municipalidad de Lima, y que íbamos a subir si o sí. Entonces paso un bus medianamente lleno al que subimos. Era la ruta A, la más larga por decirlo así, porque se estaciona en más paraderos y da más vueltas por el centro de Lima. Gard sabiendo eso, me dijo, igual llegaremos a tiempo, te pondrás linda y tendremos tiempo para ir a mi casa a que yo me ponga guapo para ti. Así que felices estuvimos de pie a la espera de que alguien se se levante para poder sentarnos. Cómo yo traía el cuerpo molido por las clases y nosotros estábamos de pie, en la parte final del metropolitano, me senté en los pies del asiento trasero del bus, avisándole a la señora que tenía adelante que iba a sentarme y por favor, no me patee. Gard sacó su libro y se pegó a mi para que nadie me empuje por delante ni me den de manazas en la cabeza al pasar. Y así estuvimos unos instantes, hasta que subió la señora con las bolsas.
Subió en el paradero de la Av. México, hablando, no, espera, gritando, si, eso es lo más cercano. Había subido junto ha una señora mayor a quien le decía "mami" y a un chico de unos 12 años, a quien le decía "papi". La señora traía cargada una cartera y una bolsa, su "mami" una cartera mas grande y pesada, junto a una bolsa pequeña que parecía ser pesada para ella. El niño tenía su mochila en la espalda, una bolsa en las manos. Y los tres tenían una talega grande que habían colocado en el medio de la subida de pasajeros, donde ellos lo rodeaban. En ese paradero, el bus se llenó hasta reventar. Una mujer sentada en la parte trasera, se levantó para darle asiento a la anciana mami, pero la señora de las bolsas que no dejaba de hablar en voz alta con su hijo, diciendole cosas de los estudios del niño, practicamente se aventó sobre el asiento empujando a la mujer que se estaba levantando y se sentó, acomodandose, mientras su madre con los paquetes la miraba apachurrada en la puerta de pasajeros. Gard abrió los ojos de indignación y pensé, ahora la jala a la tía y la avienta por la puerta, así que le pellizque la pierna para que no se meta. La señora de las bolsas al ver que los pasajeros apachurrados la miraban con ganas de querer botarla del asiento, empezó a gritar ya sentada y acomodada en el asiento: "mami, ven, sientate aquí" Pero Mami, quien estaba colgada en el pasamanos de la puerta y parecía tener casi 70 años, le decía que no, ladeando la cabeza. Entonces la señora de las bolsas empezó a hacer bulla y a hablar con la mujer que estaba sentada a su lado (esa que le dije que no me patee por que me había sentado casi en sus pies), diciendole: Mirala a ella, se cree joven mi mami ¡No se quiere sentar... Mami cuidado con la talega, agárrala bien ah, si no te sientas, la cuidas mira que aquí puede subir cualquiera y se la lleva! los comentarios de la señora de las bolsas, junto con su risa, posiblemente se escucharon hasta la parte delantera del bus. Gard quien intentaba leer, empezó a mover la pierna derecha, simbolo de impaciencia, ansiedad, ganas de matar a alguien, ¿a la señora de las bolsas? Entonces el bus siguió y yo agarraba la pierna de Gard para que deje de temblar, pero era imposible. La señora de las bolsas y su hijo empezaron una nueva plática a gritos, donde el niño le exigía que le haga la tarea de ingles, por que tenía que presentarla hoy mismo y no la había echo. La señora de las bolsas le dijo que no se preocupara, que iban a llegar temprano, una media hora antes, que ahí le podía hacer la tarea. Pero el niño mas conocido como "papi" insistía que le haga la tarea ahí mismo, por que estaba sentada sin hacer nada y su tarea necesitaba hacerse. Así que a gritos comenzaron a discutir, donde estaban los dichosos cuadernos y libros de ingles. La señora de las bolsas abrió sus paquetes, jaló a su anciana madre a que busque en los suyos y por ultimo, el niño abrió su mochila y la talega que tenían en el suelo. No estoy segura en que paquete o bolsa encontraron los cuadernos y libros, pero estos aparecieron como arte de magia en las manos de la señora de las bolsas quien los había esparcido sobre su regazo incomodando a las personas que estaban sentadas a su lado. Yo que seguía luchando por controlar los nervios de la pierna de Gard quien me hacía muecas de querer matar a la tía esa, sentí una mano en el hombro que me empezaba a palmear. ¿Gard? pensé y lo miré, pero este tenía la vista fija a la señora de las bolsas. Era ella quien empezaba a darme palmadas en el hombro, mi hombro adolorido, diciendo: Mira papi, siéntate aquí (en el piso de sus pies) igual que la señorita (con la palma aún dándome en el hombro). Gard le lanzó una mirada asesina y la mujer sacó de inmediato la mano de mi hombro. Yo voltee y la miré de mala gana sin decirle nada. Aferrando la pierna de Gard, para evitar que se lance encima de la mujer y la golpee. Así que le di un pellizco más, y le pregunte ¿Ya murió la niña que se aferraba a la zapatilla? El me miró con los ojos abiertos y le dije que eso pasaba en el libro que leía, me dijo que no, que aun no pasaba y retomó la lectura, pero claro eso no duró mucho. El bus llegó a la estación central en el centro de Lima, donde la señora que si se movía me pateaba, se levantó junto a su hijo y yo me levanté de los pies para sentarme. Fue ahí donde la señora de las bolsas, que en ese momento seguía con los cuadernos de su hijo en las manos, los lanzó sobre los asientos diciendo ¡Mami, sientate aqui, ven papi, sientense, hay asiento para ustedes! Yo que traía el cuerpo molido, realmente destruido y quería sentarme, moví suavemente los cuadernos y me senté en una de las sillas, con ayuda de Gard. La señora me lanzó una mirada fea y luego dijo: Mi pobre papi, debería estar sentado. Gard la miró y le dijo, entonces dele el asiento Usted. La mujer siguió hablando en voz alta con su madre, mientras la sentaba e hizo caso omiso a Gard. Yo sostuve la mano de Gard y se la apreté sonriendo, mientras le decía, ya llegamos, no falta nada. Fue ahí donde la mujer sentada a mi lado (no la anciana mami, si no, la otra) se levantó y Gard al fin se sentó. La mujer de las bolsas empezó a hablar en voz alta: Papi, ven siéntate donde estoy yo, mi pobre hijito, te debe doler todo el cuerpo, todo lo que haz trabajado, tan temprano se despierta mi hijo. ¡Por que el viene de estudiar! si nada de estar ahí con la enamoradita, mi bebe precioso... Gard abrió mucho los ojos y me miró con cara de ¿que le pasa? Pero sostuve su mano con fuerza y lo hice retomar su libro. En el siguiente paradero, se levantó la mujer sentada a lado de la mujer de las bolsas y fue ahí, donde el libro de ingles voló al asiento, no sin antes golpear a una chica en la cara, que pretendía sentarse. Ah no mamita, ahí se va sentar mi hijo, ven papi siéntate, el asiento esta reservado, ven hijito. La chica se sobó la cara y se quedo con la boca abierta sin decir nada, mientras alguien la apachurró más hacia la puerta. El rostro de Gard cada vez se veía mas rojo.El bus al fin se acercó a nuestro paradero, yo apreté la mano de Gard y le dije, listo vamos. En eso la señora de las bolsas comenzó a gritar, al escuchar que el bus anunciaba el siguiente paradero y comenzó a preguntar: ¿Aquí bajo para Honorio Delgado? ¿Aquí es? Como nadie le respondía, comenzó a darle palmadas en la espalda y el hombro a todos los pasajeros que se movían y bajaban del bus, incluidos Gard y yo.
Fue ahí, donde Gard tomó con ambas manos la talega de la señora de las bolsas que estaba en medio de la puerta de entrada y la sacó del bus, produciendo mas gritos de la señora de las bolsas, pero esta vez gritando: ¡ Ladrón! Gard tiró la bolsa en el paradero, donde mami y papi miraron asombrados a la señora de las bolsas casi lanzarse sobre Gard, para impedir que se lleve su talega. Claro, Gard no quería la talega, quería callar a la vieja esa, quien bajó del bus a recogerla y este avanzó dejándola en el paradero en el que bajamos, gritando como una loca.

- Va a llamar a seguridad - le dije
- ¿Y? Si alguien dice algo, le digo que la tía me dijo que la ayude a sacar su bolsa
- Eres la muerte
- Anda, vamos, que se nos hace tarde - dijo apretando mi mano.

5 Comentarios Histericos:

Erzebet Way dijo...

no se xke me imagino a gard como a raito-kun..
tengo ke decir que yo tmb odio a la gente ke hace quilombo en los colectivos, que escuchan musica sin auriculares, y las ke apestan, y tmb los miro con una mirada asesina, y espero bajarme para decir todo lo ke me estaba guardando.. por eso no me subo nunca a niguno. agradezco ke vivo en una ciudad medianamente grande y ke no los tenga ke usar.

RenzO! dijo...

HAHAHAHAHAHA CTMMM
weno io le pateaba a la tia esa, komo jode hahahaha ke wena se llevo la bolsa afuera y la dejo cagada, bien ctm. Oie ese loko tiene su chispa xD haha weno ia me voi, divertido, me gusto muxo.

Gee Rex dijo...

Es muy divertido, ^^

gente así ) Hay por tooodos lados! y es cagable hasta donde no. xD siempre, todos los días, ocupo transportes de este tipo, y nunca falta la persona así, luego hay gordas que quieren entrar en un espacio de 5cm o se quejan porque las rozas, y el colectivo va hasta reventar Dx

Jess! dijo...

Hahaha que barbara, estuvo genial, no puedo dejar de reírme de "Su pobrecito papi" hahahaha
Acá en México el transporte es un asco, bueno, soy de Guadalajara, igual es un asco, ahí te manosean trasero a trasero :s
A leer ésto me acordé mucho del transporte, hahaha buenísmo!.
Saludos Carito! :)

solounamirada dijo...

Buena historia, claro el conflicto, y esa verosimilitud que logras en tus historias, es la que me hace ver a la vieja de las bolsas aquí mismo. Característica tuya gracias a tu manera de abordar los temas y de redacción, se agradecen tus textos ;)
Y bueno en cuanto a los personajes, nunca falta una señora como la de las bolsas que a veces uno quiere matar por ahí, y nada más que decir que grande Gard.

Saludos ;)

 

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