lunes, 20 de octubre de 2014
viernes, 18 de abril de 2014
Tara estaba triste
Tara estaba triste. Devastada quizás, pero no quería
aparentarlo, no quería que nadie se entere y así estaba bien. No es bueno estar
ventilando las desgracias. Echada en su cama recordaba sus miradas a
escondidas, sus palabras recortadas, su pobre ego desinflándose.
Tara estaba triste y era su propia culpa. Hizo cosas demás,
dijo cosas demás. No se pudo controlar, lo dio todo a cambio de nada. Lo peor
es que sabía que nunca iba a obtener nada. Ni siquiera un sincero beso, menos
un orgasmo.
Tara estaba triste, pero también molesta. Con ella misma,
más que con aquel sujeto. En realidad, este ya había pasado a otra vida en lo
que respectaba a la suya. No lo quería cerca (quizás nunca lo quiso), no lo
extrañaba. Tan sólo tenía esas ganas de aplastarse la cabeza con una roca para
que el universo se estabilice.
Tara estaba triste, pero ahora entendía su error. Los clavos
son clavos, se sacan uno a uno, no se entierran sobre ellos. Las consecuencias
eran estas. Pensamientos absurdos, la cama vacía, los recuerdos escondidos tras
recuerdos de otros besos. Siempre él. Maldita sea, siempre él.
Tara Knowles, SOA S1
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